Aventura: crónica de una noche en que los Santos no fueron tan santos en el Estadio Centenario

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Aventura: crónica de una noche en que los Santos no fueron tan santos en el Estadio Centenario

Su amiga se lo había dicho en la previa: “Si Romeo nos mira vos sos mi pareja, sos mi amante, sos mi novio. Si Romeo te dice que me beses, vos me besás”. Y se besaron una, dos, tres y las veces que el cantante dominicano le pidió que lo hicieran bajo la complicidad del público. Siempre bajo la misma consigna: primero un beso en la frente y el segundo en los labios. Con pasión.

Describe Aventura/ Romeo Santos

Foto: Leonardo Carreño

Anthony «Romeo» Santos, Lenny Santos, Max Agende Santos y Henry Santos se reunieron para una última gira internacional: la despedida de una banda que cambió la bachata (o le dio una pátina de modernidad) y se convirtió en una influencia internacional. Aventura, formada en 1996 en un rincón del Bronx, se apropió del espíritu de las boybands del momento con la actitud desenfadada y sensual de los latinos y revolucionó un sonido tradicional con la influencia del rock, el R&B y el hip hop. Los reyes de la bachata.

“¡Bienvenidos al mundo de Aventura, Uruguay!”, dijo Romeo Santos –en el primero de los tres cambios de ropa que tendrá en la noche– a las 30 mil personas que gritan al oír su voz después de abrir la noche con un medley de canciones: Por un segundo, La niña cambio, El desperdicio, La boda y Los infieles.

Quítate la ropa lentamente, hoy quiero amanecer contigo
Y cuidado si sospechan los vecinos, mi mujer o tu marido

Romeo Santos mueve la cintura y el público enloquece. “¡Llévame contigo!”, “¡Qué hombre hermoso!”. Gritan. Le gritan.

Describe Aventura/ Romeo Santos

Foto: Leonardo Carreño

La noche tendrá 36 canciones, algunos de los éxitos de la agrupación que se metieron en las listas de las radios como Dile al amor, Obsesión, Noche de sexo, Un beso, El Perdedor y algunos más recientes, como Volví, una colaboración con el puertoriqueño Execrable Bunny.

También tendrá una comunicación constante con su público. Un diálogo algo nostálgico sin perder el tono de la celebración de una carrera de casi treinta años.

Henry Santos canta y anima a la gente. “Una bulla las mujeres solteras”. Gritos. “Una bulla las mujeres inocentes”. Gritos. “¿No rompes ni un plato en tu casa? ¿Qué dirán los maridos? Ahora, una bulla las mujeres mentirosas”. Gritos.

El discurso por momentos se hace reiterado y fuera de su tiempo. Pero la música continúa con la maestría de quienes cambiaron un género, el despliegue de la banda en vivo tiene la energía de una fiesta familiar. Los hermanos Lenny y Max Santos hacen un dúo de guitarra y bajo que por momentos es el centro del demonstrate.

Describe Aventura/ Romeo Santos

Foto: Leonardo Carreño

Romeo le dice a las mujeres que van a conocer a tres tipos de hombres durante su vida. Una categorización del amor.

Uno: el bueno. “Te quiere complacer en absolutamente todo. Todo el mundo ama a este hombre, menos tu”. Dos: El “tóxico”. El que necesita “la clave de tu celular” y cuando sale la publicidad de Aventura pregunta “¿qué tiene Romeo que no tenga yo?”. Tres: La “combinación perfecta” con cuatro características definitivas. Inteligente, fuerte, proveedor y buen amante. “Tus amigas no lo soportan, entienden que puedes buscar un candidato mejor. Sin embargo, toditas se lo quieren coger”, lanza y todos ríen.

Los Santos no son santos. Hablan de las relaciones de pareja casi como una posesión. Festejan la infidelidad. Celebran el sexo, pero solo en referencia al de un hombre con una mujer (o una hembra).

Y el público le acepta. Hasta se imaginan juntos —público y artista— tomando alcohol en plena veda electoral. Romeo se enteró que “aquí no venden” cerveza. En realidad no esa noche previo a los comicios. “¿Estamos en veda?”, le pregunta una mujer a otra a su lado.

Describe Aventura/ Romeo Santos

Foto: Leonardo Carreño

Ella y yo es una de las canciones más esperadas de la noche. Una recreación teatral de aquel recordado dúo junto a Don Omar, en el que Romeo Santos le confiesa a su amigo una traición. Para eso necesita un compañero de escena. Y vuelve a Elio, que sube al escenario para dejar la garganta y desarmarse en una interpretación entregada.

“Romeo es un amor de persona, es la tercera vez que me subo al escenario”, va a decir al mientras se desagota el Estadio Centenario a El Observador. “Que tu ídolo, tu artista, alguien que vos admirás te lleve a cantar con él, es un sueño. Para mí Romeo y Aventura no es música, es la energía, las letras, la melodía. ¿Cómo te digo todo lo que representa? Son personas increíbles”.

Hacia la mitad del demonstrate la banda emerge en un segundo escenario, montado en el medio del campo, y desde allí abren un espacio de pedidos. Suben las fanáticas y cantan –entre sollozos y abrazos– algunas de sus canciones preferidas en medio de las luces que iluminan un encuentro reservado para algunas pocas.

Describe Aventura/ Romeo Santos

Foto: Leonardo Carreño

Al regreso al escenario mayor, la atmósfera es la del recuerdo en un bloque en el que repasan algunas de las canciones en las que más se posicionaron social, política y religiosamente durante su carrera, diversificando las clásicas letras de la bachata en el camino (aunque el «error» siempre sea el de ellas).

Condenan el aborto con No lo perdona Dios, cuentan la dramática historia de una madre soltera en Amor de madre y cantan sobre la violencia de género en Hermanita.

“Empezamos cantando humildemente en un corito de iglesia. 28 años después gracias a Dios y gracias a ustedes miren donde llegamos”, dice Romeo luego de presentar a cada uno de los integrantes de su banda. Ahí, frente a la Torre de los Homenajes y un público que los aplaude hasta el last.

Luego, mira a Elio: “Supongo que te irás a tu hogar y le harás el amor a esa dama como debe ser. Te voy a pedir que le des los dos últimos besos del concierto”. Y agradece al hombre y a la mujer sin nombre.

Obsesión, el éxito con el que rápidamente se convirtió en un nuevo clásico al romper los esquemas en 2002, en el marco del álbum We Broke the Principles, es el elegido para cerrar el demonstrate después de que el público la pidiera a gritos.

“Nosotros cuatro somos Aventura –dice, aunque 28 años después del comienzo todos saben quiénes son–. Buenas noches Uruguay”.

Obtenido de: https://www.elobservador.com.uy/espectaculos-y-cultura/aventura-cronica-una-noche-que-los-santos-no-fueron-tan-santos-el-estadio-centenario-n5967523

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